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Brujas e Inquisidores

Curanderos y Saludadores


BRUJAS E INQUISIDORES

El fenómeno de la brujería es un fenómeno europeo, pero que tuvo especial explosión en nuestro rincón pirenaico. Conviene recordar aquí lo apuntado sobre las tradiciones respecto a Mari, lamias, sorguiñas, brujas, hechiceras, etc...

Por la vecindad no nos escapamos al contagio. Dos focos importantes fueron reconocidos en Alava durante las diligencias de D. Alonso de Salazar. Una era  la zona de Araya, donde indagó el comisario Pedro Ruiz de Eguino. Beneficiado de Eguino e interprete de lengua vasca para los inquisidores que no la hablaban. Ante él confesó en Amezaga, aldea cerca de Araya el 25 de Junio de 1611, catalina Fernández de Lecea, de 80 años y brujas desde hacia 60. Según ella el paso de San Adrian era el centro de los conciliábulos de las brujas alavesas y eran complices en los ritos diabólicos unos diez sacerdotes entre ellos en Rvdo. Ruiz de San Román de Ilarduya y Juan Ruiz de Vicuña.

Al mes siguiente confesaba Juan Diez de Alda, de Araya, que a los nueve años empezó a ser brujo y llevaba en la “secta” 71.

También se retractaron maría de Eguilaz (70 años) y Ana Sanz de Ilarduya (70 años), de Amézaga; Águeda de Murua y Ana García vecinas de Larrea. Varias persona de toda ésta zona declararon en Eguino, Alegría y Labastida.

Otro foco radicó en la montaña alavesa, en torno a Korres donde fue reconciliada en 1611 María de Ullívarri, de 36 años, también Ana de Korres y María de Korres.

En Atauri, Magdalena de Elorza y en Cicujano Magdalena de Arza y Gracia Gonzalez. Pero no tuvo un final feliz, porque como ya hemos contado anteriormente Margarita de Jauri, vecina de Korres, ya reconciliada en Logroño, se suicidó en el río por la brutalidad con la que la trató el comisario de Maestu, Felipe Diez, cuando quiso retractarse.


PROCESOS INQUISITORIALES  - MONTAÑA ALAVESA  - 1610 – 1611


A principios del siglo XVII el euskera es el único medio de comunicación para muchas gentes de la Montaña Alavesa.

Entre las personas encausadas por brujería por el Tribunal de la Inquisición de Logroño de 1610, figuran un buen número de alavesas y alaveses, muchos de los cuales tuvieron que ser atendidos por un interprete de la lengua vascongada.

Según consta en los legajos referentes al Auto de Fe o procesos brujeriles realizados en Logroño en 1610, gran parte de las personas que se vieron involucradas en él, acusadas de prácticas relacionadas con el demonio o con la brujería, eran de habla vasca.

Entre ellas aparece un buen número de alavesas y entre ellas destacan las originarias de la Montaña Alavesa. Algunos de esos casos fueron revocados al año siguiente en el Tribunal de Vitoria ante el

Inquisidor Alonso de Salazar y, al menos, en los referentes a cuatro mujeres de Korres, María de Ulibarri, María Gonzalez, María de Korres y Ana de Korres, una de Atauri, Magdalena de Elorza y dos de Cicujano, Gracia Gonzalez y Magdalena de Arza, necesitaron mediación “de un ynterprete de la lengua bascongada” por desconocer éstas otra forma de extenderse.



AUZIPETUTAKO BATZUK



  • María de Otazu           -Labastida   -   16 años

  • Johan Diaz de Alda     -Araia          -   80 años

  • María de Aguilaz         -Eguilaz      -   70 años

  • Francisco Bertol          -Arenaza      -   32 años

  • Ines de Corres             -Corres        -   66 años

  • María Gonzalez           -Corres        -   40 años

  • María Pérez                  -Atauri        -   65 años

  • Grazia Gonzalez          -Cicujano    -   26 años

  • Ana de Corres              -Corres        -   56 años

  • Magdalena de Arca   -Cicujano    -   56 años

  • María Ibañes                -Cicujano    -   12 años

  • Margarita de Jauri       -Corres

  • Francisca Buytron       -Alegria      

  • Ana Sanz                        -Ilarduya

  • Agueda Murua             -Larrea

  • Ana Garcia                     -Larrea


PROCESO INQUISITORIAL EN ARAIA

Entre los legajos consta también el asunto de la declaración que realizó “Juan Diez de Alda, vecino del lugar de Araia” , al comisario Pedro Ruiz de Eguino. Ante la gravedad de las confesiones, el tribunal envió al mismo comisario “a publicar el edicto de gracia en los lugares de aquella comarca”, “por la mucha inteligencia que tiene en ésta materia de aver asistido como ynterprete de la lengua bascongada a la mayor parte de las causas que se han hecho en el tribunal"


BRUJAS DE AMEZAGA Y AKELARRE DE SAN ADRIAN

Durante los trágicos acontecimientos que perturbaron la vida del País a comienzos del siglo XVII y después de los Autos de Fe de Logroño de 1610, una mujer de Amézaga, Catalina Fernández de Lezea, se confesó bruja desde hacía 60 años y declaró que el paso de San Adrián era el lugar de akelarre habitual de los brujos y brujas alaveses.

Esta bruja dio diversos nombres de cómplices, entre ellos el de varios sacerdotes, uno de los cuales el Reverendo Ruiz de San Román de Ilarduya, dijo que era el rey del akelarre (el 25 de Junio de 1611, al siguiente día de San Juan). El 26 de Noviembre del mismo año se retractó acusando al comisario Ruiz de Eguino de haberla persuadido de todo el relato.

Fondo Bernardo Estornés Lasa.
Sierra y Túnel de San Adrian
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TEXTO DE FRAY JUAN DE LUZURIAGA ACERCA DE LA INTERVENCIÓN DE LOS FRAILES  DE ARANZAZU EN LA REPRESIÓN DE LA BRUJERÍA


 
 


Dentro de los cabos sueltos que redacta Caro Baroja en su obra Datos históricos de la Brujería Vasca, cuenta Baroja sobre un texto, bastante tardío según él, que arroja luz acerca de la relación de los franciscanos de Aranzazu en la persecución de brujas y brujos en el País Vasco. Este fraile nacido en Ozaeta (Alava), tal y cómo lo declara en el libro escrito a finales del siglo XVII, hacia 1686 escribió:

“Infestan algunas tierra de la Cantabria Bascongada de innumerables brujos...así del daño de los hechizos y las brujerías, sacó que en Aranzazu los predicadores evangélicos, cogiesen grandes cosechas de penitencia; obrando Dios con ellos, prodigios y milagros, a éste Santuario señalado por Dios Por Monte de Sabiduría y erudición en doctos, y venerables sujetos, que empleados en tanto ministerio, como es desalojar al demonio de la tirana posesión que en algunas tierras y lugares había tomado...

El texto sobre el origen de la brujería dice así:


Al margen “Hendo Francés, grande hechicero” “En tiempos antiguos, llegó un sujeto del reino de Francia acreditándose muy sabio, siendo en verdad grandísimo hechicero y brujo; en cuya persona pretendía el demonio ser adorado de las gentes más rústicas y sencillas, que por faltarles muchas veces la prudencia de las serpientes, se dejaban fácilmente engañar de los lobos infernales, que con apariencia de ovejas acometen el rebaño de la Iglesia. Este Hendo venía una parte de la raya que se llama Hendaya. El tiempo que este hijo de la maldición vivió en alguna s partes de aquella tierra, engañó a muchas personas inocentes, enseñándoles brujería y hechizos, por cuyo medio les obligó a dar reverencia al demonio, apartándolos con engaños y astucias (que el silbo del dragón les sugería) de la verdadera Ley de Nuestro Señor.

No desamparó del todo Dios aquellos pueblos y gente engañada, porque entre ellos no faltaron gentes cuerdas que reconocieron el daño solicitando prender a tan falso predicador. No se le pudo enviar a prisión porque avisado huyó de aquellos parajes donde nunca más se supo de su persona.

Fray Juan de Luzuriaga siguió contando los sucesos de 1.610


EL AKELARRE DE SAN ADRIAN (SANDRATI)

Aunque decían, a principios del siglo XVII, que el paso natural o túnel de San Adrián – o Sandrati-, en el Aizkorri, y camino obligado entre Guipúzcoa y Alava, era un auténtico nido de brujas (cuando no de bandoleros), cierto caminante guipuzcoano se atrevió a atravesarlo de noche. Es verdad que los atravesó, sí, pero también que se llevó la mayor impresión de su vida. Y no por lo impresionante del túnel en sí, sino porque descubrió dentro del mismo a un grupo de mujeres, muy numeroso por cierto, bailando en cueros en torno a un diablo (o eso pareció al caminante), al que un buen número de ellas se entretenían en besarle el culo.

Tiempo le faltó a aquel caminante, a la mañana siguiente, para denunciar al párroco de Araia lo que había visto por la noche en el paso de San Adrián, a quien le relató el incidente con pelos y señales, rubricando sus descripciones con constantes:

 -¡Fue terrible, terrible!

Pero en vez de sobresaltarse, preocuparse o tomarlo en consideración, al concluir su relato, y con no poca ironía, el cura “alipendi” le dijo al caminante guipuzcoano:

Sigue tu camino, hijo mío y no te preocupes por lo que has visto, que si en vez de haber hecho yo de diablo en San Adrián la pasada noche, lo hubieses hecho tú, puedo jurar que lo sucedido no te hubiera parecido, ni mucho menos, tan terrible como dices.

EL DIABLO

El diablo ocupa un lugar importante en la mitología vasca, se le conoce con varios nombres diferentes : Etsai, Kintilimarro, Gaueko, etc....

Hay un dicho popular que dice: "Eguna egunezkoentzat eta gaua gauezkoentzat" ("El día para los del día y la noche para los de la noche"). El diablo es el rey de la oscuridad y de la noche.


EL PUENTE DEL DIABLO

Algunas leyendas cuentan la existencia de construcciones como puentes, castillos o casas por brujas, lamias, gentiles o demonios a petición de las personas que lo necesitaban con urgencia y que ofrecían a cambio su alma al diablo.

Cerca de Agurain entre Zuazo y Luzuriaga hay un puente por donde pasa el río Zadorra llamado "El Puente del Diablo", cerca de éste existe un término llamado Sorguin.

CONJUROS PARA AHUYENTAR AL DIABLO

Cuentan que al conjurar se preguntaba al conjurado el lugar que prefería para que saliese el diablo, y había que tener mucho cuidado con la respuesta, porque arrancaba un bocado del sitio por donde salía.

El sitio mejor, contaron a Gerardo López de Guereñu en Apellániz, era el dedo del pie, y así sólo arranca la uña.

Gerardo López de Guereñu, leyendas alavesas


 
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